Por tercer año consecutivo, tenemos el privilegio de contar con el Festival Internacional de Títeres que lleva más de treinta años alimentando la ilusión de pequeños y mayores, y que hasta hace unos años sólo se podía ver en Segovia. Titirimundi nos acerca a las culturas del mundo con la mirada intensa y esencial de los teatros de marionetas, un teatro milenario que resurge investido de las infinitas formas.

Acércate a la Plaza de la Villa y descubre un mundo de sueños llegados desde muy lejos a nuestra Sierra de Guadarrama.

Sábado 5 de mayo. 12:30 h.

Petit Monsieur. Francia

Todos los públicos. 50 minutos

¿Qué contendría hoy la caja de Pandora, si no es uno de estos nuevos objetos que han invadido nuestra vida cotidiana? Técnicamente brillante, increíblemente divertido, y completamente loco. Paul Durand, siempre metido en sus trajes de tres piezas. Sin una palabra, para todos los públicos.

Sábado 5 de mayo. 18:00 h.

Pavel Smid.

Una Clase sobre el Tiempo

Rep. Checa

Todos los públicos. Duración: 50 minutos

Hace años que un profesor peculiar – el señor Pablo Tic Tiemponés – va por el mundo dando clases sobre el tiempo. ¿Habéis sentido alguna vez como si el tiempo se parara? O, al contrario, ¿se os pasa el tiempo volando y sin daros cuenta empezáis el siguiente día, el siguiente mes, etc.? ¿Es mejor tener prisa e ir muy rápido o hacerlo todo despacio? El profesor enseña cómo tratar el tiempo para que nos guíe bien a lo largo de nuestras vidas. Con su escenografía pintada por Simonetta Šmídová, los títeres creados por Jan Růžička, las canciones, su agradable sentido del humor y la interacción con el público durante el espectáculo, Una clase sobre el tiempo es una obra especial y única.

Domingo 6 de mayo. 12:30 h.

Chon Chon

Juan Romeo y Julieta Maria

Argentina

Todos los públicos. Duración: 50 minutos

El espectáculo nos muestra cómo cuatro títeres de elenco estable de “El Chonchón”, ponen en escena la clásica tragedia de “Romeo y Julieta” de William Shakespeare. Es una empresa que los títeres asumen con dignidad, pero cualquier muñeco que se precie de tal, trae una carga de absurdo y disparate que aflora en el momento menos esperado. Sin embargo los actores títeres se esfuerzan por respetar lo que ellos creen que es la esencia trágica de la obra.

 

 

 

 

 

 

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